
Contenido facilitado por nuestros compañeros de Trinity College London Italia
Fuente de información: National TV Rai Scuola
¿Alguna vez has tenido que inventar una historia para salir de una situación difícil? Si es así entonces has improvisado. La palabra improvisación significa crear algo sin tenerlo previsto o planeado o preparado, es decir, de una forma espontánea. Es algo que siempre ha existido y que además, ha jugado un rol muy importante en la música.
La improvisación musical era muy utilizada con el órgano, uno de los instrumentos más antiguos que existen y que todavía se usan en la música clásica europea. Sin embargo, poco a poco comenzó a relacionarse con todo tipo de instrumentos.
La fuga a tres partes de Bach
En el período barroco (1600-1750), la improvisación musical más famosa fue la fuga a tres partes de Johann Sebastian Bach. En 1747, a tan solo tres años de su muerte, Bach tenía una reputación imponente; era reconocido por ser un gran intérprete del teclado y sobre todo por ser un improvisador con habilidades extraordinarias.
Lo que se decía era que Bach era capaz de improvisar una fuga al instante sobre cualquier tema. Este es un complejo mecanismo formal del barroco que consiste en crear una composición elaborada a partir de un solo tema. La fuga a tres partes de Bach, una obra llamada la Ofrenda Musical, tuvo un origen curioso, pues nació como un reto de Federico II el Grande, Rey de Prusia.
El Rey invitó a Bach a su palacio para mostrarle su nueva adquisición, nada más y nada menos que uno de los primeros pianofortes. Con este nuevo instrumento, le pidió a Bach que improvisara una fuga a tres partes sobre un tema de su propia autoría, que además de largo era difícil. A pesar de la complejidad del tema, Bach lo logró sin mayores dificultades y además, quedó fascinado con las posibilidades tonales y dinámicas del nuevo pianoforte.
Del periodo clásico al jazz
Durante el periodo clásico se dieron muchas competiciones públicas de improvisación, entre ellas sesiones de Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven. En ese momento, los compositores incluían cadenza (cadencia) en sus conciertos, tanto para instrumentos solos como para orquestas. La cadenza es un pasaje musical bastante interesante en el que solo se podía improvisar.
Durante el periodo romántico, la partitura se hizo muy popular, razón por la cual la improvisación perdió algo de importancia. Esta volvió a tomar relevancia con el jazz. A principios del siglo XX, toda la música tenía melodía, ritmo y armonía. Pero, el jazz se caracterizaba por tener una cosa: improvisación.
Los jazzistas, a diferencia de otros, eran músicos sin partituras. Cada sesión era como saltar al vacío, pues sabían cómo comenzar, pero lo que venía después lo iban creando en el momento. La idea del jazz era jugar con el ritmo, ser libres y sobre todo imprevisibles.
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