¿Puede una entidad centenaria seguir innovando?

 

¿Y existe innovación en un entorno en el que hay tal cantidad de agentes educativos y donde parece que ya todo está inventado? Desde Trinity creemos que sí, y lo creemos en firme por la filosofía que seguimos y que intentamos que guíe todas nuestras decisiones. Pero para entender todo esto, nos remontaremos unos años atrás…

 

Trinity College London es una fundación educativa británica sin ánimo de lucro, que se creó en 1872, para cubrir una necesidad muy concreta: educar y después evaluar de una forma objetiva e independiente a los estudiantes externos del conservatorio Trinity College of Music, que hoy está ubicado en Greenwich, Londres. Poco después, se realizaron también exámenes a alumnos externos por todo el país usando la fórmula que a día de hoy mantenemos: ofrecer exámenes divididos en grados, separar el solfeo del instrumento, y desplazar al examinador al centro de estudios. A causa del éxito que tuvo el modelo, se empezó a exportar a países anglosajones y posteriormente a todo el mundo.

 

Este éxito vino dado, entre otras cosas, por la innovación en el sistema de evaluación, que no es más que un reflejo de cómo Trinity concibe la educación. ¿Cómo es posible que, si hace 300 años las cadencias de los conciertos barrocos eran improvisadas, un gran número de músicos clásicos hoy no trabaje la improvisación en su carrera? ¿Por qué en ocasiones parece que la técnica sea lo único importante? ¿Por qué, estudie uno con quien estudie, hay libros de técnica u obras por las que todo el mundo tiene que pasar? Si alguien no lo hace con éxito, ¿significa que es capaz de crear música? Nuestro enfoque de la música es, en este sentido, más vivencial y centrado en la persona: intentamos que cualquier persona sea capaz de desarrollarse musicalmente en base a sus gustos y sus puntos fuertes. Según nuestro parecer, no hay un solo tipo de músico, sino que hay tantos como personas.

 

Para lograr que haya un examen para cada persona, intentamos ver qué sucede en el mundo y estar abiertos a los diferentes estilos y tendencias, dentro de las posibilidades que nos brinda cada instrumento. Por ejemplo, en el caso de guitarra, ofrecemos 3 aproximaciones diferentes: la guitarra clásica, donde primará el repertorio, técnica y escalas clásicas; la guitarra acústica con púa, en la que se explora repertorio jazz y folk y donde la técnica se centra en golpeos específicos de mano derecha y patrones rítmicos; y finalmente la guitarra eléctrica en la gama Trinity Rock and Pop, donde se trabajan temas de bandas y solistas desde los de los 50’s hasta la actualidad y donde se prima la relación del instrumento dentro de la banda y el encuadre en el estilo.

 

Cabe decir que nuestro ámbito de actuación no se limita a la música. Así, a través de la experiencia en la evaluación de ésta, y con los valores extraídos de ella, fue posible desarrollar nuevas gamas de examen (inglés, teatro, danza), siempre centradas en las habilidades competenciales y comunicativas. Por eso, es posible que conozcáis Trinity principalmente por sus exámenes de inglés, con mucho recorrido en España, y en los que también innovamos permanentemente. Un ejemplo de ello son los exámenes ISE (Integrated Skills in English), que se basan en la evaluación de las 4 destrezas de la lengua (lectura, escritura, habla y escucha) a través de la realización de tareas competenciales que los alumnos podrían encontrarse en el mundo real y que les ayudarán a mucho más que dominar la lengua: se aprende a perform en inglés, de la misma manera que en los exámenes de música se aprende a perform una obra.

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