La música ayuda a regular las emociones, por lo que contribuye a la felicidad y a la relajación en el día a día. Las investigaciones han confirmado que, además, es un elemento transformador del cerebro infantil. Por esta razón, debería tener una gran influencia en el desarrollo de niños de todas las edades.
3 beneficios de la música para el cerebro infantil
1. Potencia las habilidades cognitivas
El estudio Symphony, realizado por John R. Iversen, neurocientífico de la Universidad de California en San Diego, midió la estructura del cerebro y las habilidades cognitivas emergentes. Sus conclusiones confirmaron que la música es capaz de potenciar capacidades como la memoria, atención, percepción, comprensión y lenguaje, y, en general, desarrollar el cerebro de los niños "desde su más tierna infancia".
Por esto, Iversen prevé un futuro en el que la educación se base en el desarrollo cerebral. De este modo se puede ayudar a las personas a alcanzar su máximo potencial individual. Gracias a las tecnologías de mapeo neurológico es posible medir el crecimiento promedio en ciertas áreas del cerebro para determinar cuáles requieren más estimulación.
2. Mejora el razonamiento espacial
La música puede preparar el cerebro para ciertos tipos de pensamiento, especialmente la clásica. Se ha evidenciado que después de escucharla, los adultos pueden realizar algunas tareas espaciales (como armar un rompecabezas) con mayor rapidez. Esto ocurre porque los caminos de este tipo de sonidos en el cerebro son similares a los que se usan para el razonamiento espacial.
Cuando se escucha música clásica, los caminos espaciales se ‘encienden’ y están listos para ser utilizados. La complejidad de su estructura es lo que hace que sea ideal para preparar al cerebro. Sin embargo, escuchar cualquier tipo de música, en general, puede ser beneficioso en la construcción de vías relacionadas con la música en el cerebro.
Desafortunadamente, el efecto es de corta duración. Las habilidades espaciales mejoradas se desvanecen en alrededor de hora, tras dejar de escuchar la música. La solución puede estar en aprender a tocar un instrumento, pues tiene efectos más duraderos.
De acuerdo con diversas investigaciones, los niños que durante 6 meses tomaron lecciones de piano mejoraron su capacidad para resolver acertijos y otras tareas espaciales hasta en un 30%. Tocar un instrumento puede hacer la diferencia porque el entrenamiento musical crea nuevos caminos en el cerebro.
3. Produce estímulos que encienden el circuito cerebral
A través del uso de tecnologías, los expertos han confirmado que la música toca, activa y desactiva el cerebro. Esta es capaz de hacer evocar recuerdos, lo que puede mostrar qué áreas de este estimula la música.
A lo largo del tiempo, diferentes estudios han demostrado su capacidad para afectar la química del cerebro. La música que nos parece agradable nos hace liberar dopamina, un neurotransmisor producido por las neuronas del hipotálamo, y que se relaciona con el placer. También tiene otras funciones beneficiosas en los procesos de aprendizaje, comportamiento, atención, actividad motora, entre otros.
Dado que la música impacta positivamente en el cerebro, es importante que las personas la experimenten en la infancia. Por ello, en Trinity College London apostamos por una educación en la que esta se incluya desde los primeros años.
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